Esta semana recibimos la noticia del posible rescate financiero de Portugal por parte de la Unión Europea y el FMI, que está pendiente de la posición de Finlandia, y que suma un total de 78.000 euros a un interés del 3,25% y 4,25%. A cambio de esta ayuda dichos organismos han impuesto al país unas durísimas medidas de ajuste que suponen un claro ataque al Estado del Bienestar y a la población más vulnerable, entre estas medidas destacan: bajada de salarios y pensiones, recortes en sanidad y educación. Ello ha provocado un malestar generalizado en la población portuguesa, que desencadenó la primera huelga de funcionarios el pasado viernes y continuarán las movilizaciones hasta el 19 de este mes donde está previsto la convocatoria de una protesta general.
En definitiva nuevamente en este país, al igual que en el resto hasta ahora, se vuelve a poner de manifiesto como la crisis al final acabarán pagándola los ciudadanos, que sufrirán un retroceso en su calidad de vida y sus derechos consolidados, mientras que el sistema financiero portugués aplaude el duro plan de ajuste llegando incluso a exigir que los políticos se abstengan de valorar el acuerdo. Es paradójico como a los causantes de la crisis financiera en la que se encuentra inmersa la economía mundial nadie les haya pedido responsabilidad alguna y lo que es peor encima sigan saliendo beneficiados de los durísimos planes de ajuste que se le están imponiendo a la población.
Portugal ha tenido que acabar solicitando ayuda externa ante la actitud egoísta e irresponsable de la oposición que antepuso sus propios intereses al interés general del país, así rechazó las medidas propuestas por el partido que estaba gobernando con la única intención de expulsar a este del poder al precio que fuese incluso a consta de hundir el país en los sucesivos años y retrasar su salida de la crisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario